Cuando el término 'chicano' fue creado, servió como un designo
de condición social humilde para los mexicanoamericanos de Los Angeles.
Este sentido semántico sobrevivió por tres decadas, hasta
que se convertió en un indicador de orgullo étnico en los
anos sesenta.
El habla de los chicanos se caracteriza como una mezcla del español
mexicano con préstamos léxicos del inglés. Toma influencias
de todos los grupos lingüisticos del suroeste, incluyendo el español
estándar más cercano y ciertas variaciones rurales. El componente
patrón viene del norte de méxico y la habla común de
la región es típica del espanol de nuevo méxico, populado
por los colonizadores en el siglo XVI. Este español se combina con
el inglés hablado por los biligües para crear un modo único
a la área.
Uso estándar -> no estándar
- contaste -> contates o contastes "
- pusiste -> pusites o pusistes "
- viniste -> venites o venistes
También se puede encontrar fenómenos de habla popular del
mundo hispánico en la lengua chicana. Por ejemplo, la articulación
relajada del español andaluz y canario requisita la pérdida
de las vocales átonas (acabar -> cabar). El alzamiento de vocales
medias (entender -> intender), el rebajamiento de vocales altas (injusticia
-> enjusticia), y la diptongación de hiatos (golpear -> golpiar)
son comunes.
Consonantes
- Variante Yeísta: la /j/ consonántica puede elidirse como
en cabello -> [kaßéjo] o [kaßéo]
- Seseante: como demás variantes del espanol en America la pronunciada
aspiración de la /s/ no es solo implosiva como 'este' -> [éhte]
sino también intervocálica y hasta inicial como en 'nosotros'
-> [nohótroh] y en 'sí, senor' -> [híhenór]`
- Aspiración Arcaica: derivada de la /f/ latina en 'fue' ->
[hwé] y 'fuimos' -> [hújmoh]
- Fricativas Sonoras: la [ß], [], y [¥] se pierden en posición
intervocálica y final, como en 'abuelo' -> +[awélo], 'hablado
-> [aßláw], agua -> [áwa]
Otras calidades del español chicano resultan de formas populares,
como:
- el metátesis (pared -> pader)
- la inserción de consonantes paragógicas (nadie -> naiden)
- la inserción de consonantes epentéticas (mucho -> muncho)
- la alternancia de bilabiales y velares sonoras (abuja [aßúha]
por aguja).
Bibliografía
Azevedo (1992), pp. 375-378.
Dialectología española 
última
revisión 07 mayo 1996, Nora Gordon