Son muchas las cuestiones que todavía rodean el estudio del andaluz. Cuestiones, desde si este puede ser considerado un dialecto del castellano, hasta si el andaluz es un castellano mal hablado, son expresiones de la variedad de interrogantes y posiciones que los especialistas han tomado frente al tema.

Milton M. Azevedo, en su texto INTRODUCCION A LA LINGUISTICA ESPANOLA nos dice, "El andaluz no es una variante [lingüística] uniforme e indiferenciada, sino un conjunto de hablas caracterizadas por resgos que, a la vez contrastan en su conjunto con el castellano norteño, permiten identificar una Andalucía occidental y otra oriental, además de diversas subáreas".

Para poder entender un poco mejor el por qué de estas diferencias lingüísticas regionales dentro de la misma Andalucía hay que considerar la importancia de los elementos históricos y geográficos presentes en el origen mismo de lo que es en la actualidad esa región de la península.

Hay diferentes teorías sobre el origen de Andalucía. En una de las cosas en que parece haber acuerdo entre los teóricos es en que sí parece haber una relación con el término árabe Al-Andalus. Éste término no tiene para los árabes - presentes en la península desde el siglo VIII hasta el siglo XV- un significado espacial, geográfico, sino que más bien indica "dominio". Hacia el siglo XII se comienza a llamar a los árabes autóctonos de la península Al-Andalusí para diferenciarlos de los que proceden del norte de Africa. Hacia el siglo XIII, Al-Andalus se había reducido prácticamente al reino de Granada. Todo el proceso conocido con el nombre de "reconquista" no es mas que un proceso mediante el cual Al-Andalus se convierte progresivamente en Hispania, nombre que los cristianos dan a la Península. El proceso de la reconquista tuvo un gran influjo en el desarrollo de las dos regiones o andalucías - occidental y oriental - que Azevedo menciona.

Durante este proceso de la reconquista de parte de los reinos cristianos, grandes territorios son vaciados de la población árabe y repartidos a nuevos repobladores. Esto hace que grandes masas de la población del resto de la Península se desplacen a los nuevos territorios conquistados. Aunque no existe suficiente información sobre el origen específico de estos repobladores, Juan Antonio Frago Gracia en su libro HISTORIA DE LAS HABLAS ANDALUZAS hace referencia a fuentes documentales andaluzas - libros de repartimientos, relaciones de donadíos, etc. - que indican, analizando los "perfiles patronímicos y toponímicos de la onomastica", la gran variedad de origen de estos repobladores y que va a influir en la formación de las hablas andaluzas.

Además de las diferencias de clase social (peones, caballeros, artesanos y comerciantes) tenemos personas que llegan (y se establecen en Andalucía) de Castilla, León-Asturias, Galicia, Valencia, Cataluña. La variedad lingüística de los primeros repobladores es evidente. Por otra parte, también llegan personas de fuera de la Península, y en el caso de Andalucía oriental, personas de la zona occidental. Quizá lo más característico de esta diversidad lingüística sea el léxico. Aunque en general el andaluz comparte con el castellano la gran mayoría de su léxico (palabras de origen latino, germánico, prerromano) hay sin embargo en el andaluz una mayor presencia de arabismos. Esto se debe, no a que los árabes permanecieran más tiempo en Andalucía, sino al mantenimiento de arcaismos lingüísticos en las hablas andaluzas, a diferencia del castellano que, a partir del siglo XV, tendió a despojarse de estos y a sustituirlos por la forma latina. Algunos ejemplos de arabismos son RETAMA (hinista), ALABARDA (aparejo).

También perviven en el andaluz arcaismos que proceden del castellano antiguo como por ejemplo LIEVA (acequia madre) y portuguesismos como PAVEA (gavila) o CHAVETA (clavija). Hay otras voces presentes en el andaluz, de procedencia no definida, y que se encuentran entre los hablantes de la región andaluza occidental - conocidos como occidentalismos - por ejemplo, GAJO (racimo). En la área oriental encontramos orientalismos (del catalán y el aragonés) como por ejemplo PANOCHA (mazorca de maíz) o BANCAL (haza).

Obras consultadas

Azevedo, Milton M. INTRODUCCION A LA LINGUISTICA ESPANOLA. Englewood,
New Jersey: Prentice Hall, 1992.

Frago Gracia, Juan Antonio. HISTORIA DE LAS HABLAS ANDALUZAS. Madrid: Arco/Libros, 1983.

Narbona Jiménez, Antonio y Morillo-Velarde Pérez, Ramón. LAS HABLAS ANDALUZAS. Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba 1987.



Fonología del castellano El español americano

Dialectología española

última revisión 30 abril 1996, Angeles Pla Farmer