Es un hecho que, a pesar de la homogeneidad linguística de una comunidad
o país, también el cambio linguístico es casi inevitablemente una
constante. Como hemos visto en la historia del español en la Península,
la variedad linguística en España - aunque es una realidad - no siempre
ha sido reconocida y mucho menos apoyada o implementada. Por el contrario, esa pluralidad
linguística ha sido vista, oficialmente y en algunos casos, popularmente, como
una amenaza a la identidad y unidad nacional.
Sin embargo, durante los últimos quince años, desde 1978 - a nivel oficial
- se han llevado a cabo ciertos cambios que parecen indicar una nueva actitud frente
al fenómeno plurilingüista en la Península. Actualmente, la Constitución
española reconoce el carácter plurilingüe y pluricultural de España
y las Comunidades Autónomas en las que actualmente está dividido el territorio
español, parecen estar implementando medidas regionales que favorecen el desarrollo
de las diferentes lenguas, dialectos o variedades lingüísticas.
Algunas Comunidades Autónomas, de hecho, reconocen expresamente en sus constituciones
autonómicas, la presencia de una lengua diferente del castellano, y afirman
la oficialidad de la misma junto con el castellano. Las comunidades que enfatizan
esta oficialidad de su lengua, dialecto o variedad lingüística son:
En todas estas comunidades, la oficialidad de la lengua regional o autónoma
requiere el uso de la misma no sólo a nivel administrativo, sino también
a nivel educativo. El uso de estas lenguas tiene lugar a todos los niveles de la
vida familiar, social, politica, económica, lo que requiere no sólo un
aprendizaje del lenguaje hablado, sino también del lenguaje escrito.
Existen, además, otras lenguas y variedades lingüísticas que sin embargo
no han recibido, todavía, la completa oficialidad. Algunas, incluso, corren
el peligro de perderse ya que sólo se ha mantenido el uso oral y en áreas
muy pequeñas y cerradas. Algunos ejemplos son:
Siguan, Miquel. España Plurilingüe. Alianza Editorial: Madrid, 1992.